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Salmos 76-100

Salmos Capítulo 76

El Dios de la victoria y del juicio

1Dios es conocido en Judá; En Israel es grande su nombre.
2En Salem está su tabernáculo, Y su habitación en Sion.
3Allí quebró las saetas del arco, El escudo, la espada y las armas de guerra. Selah
4Glorioso eres tú, poderoso más que los montes de caza.
5Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron su sueño; No hizo uso de sus manos ninguno de los varones fuertes.
6A tu reprensión, oh Dios de Jacob, El carro y el caballo fueron entorpecidos.
7Tú, temible eres tú; ¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira?
8Desde los cielos hiciste oír juicio; La tierra tuvo temor y quedó suspensa
9Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar a todos los mansos de la tierra. Selah
10Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras.
11Prometed, y pagad a Jehová vuestro Dios; Todos los que están alrededor de él, traigan ofrendas al Temible.
12Cortará él el espíritu de los príncipes; Temible es a los reyes de la tierra.

Salmos Capítulo 77

Meditación sobre los hechos poderosos de Dios

1Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.
2Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.
3Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah
4No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
5Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos.
6Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría:
7¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio?
8¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?
9¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah
10Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
11Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.
12Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos.
13Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?
14Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder.
15Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José. Selah
16Te vieron las aguas, oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos también se estremecieron.

17Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos.
18La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra.
19En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas.
20Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón.

Salmos Capítulo 78

Fidelidad de Dios hacia su pueblo infiel

1Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,
3Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron.
4No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo.
5El estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos;
6Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,
7A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos,
8Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu.
9Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla.
10No guardaron el pacto de Dios, Ni quisieron andar en su ley;
11Sino que se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado.
12Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.
13Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón.
14Les guió de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego.
15Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos,
16Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos.
17Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto;
18Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto.
19Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?
20He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo?
21Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, Y el furor subió también contra Israel,
22Por cuanto no habían creído a Dios, Ni habían confiado en su salvación.
23Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos,
24E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos.
25Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles.
26Movió el solano en el cielo, Y trajo con su poder el viento sur,
27E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Como arena del mar, aves que vuelan.
28Las hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus tiendas.
29Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo.
30No habían quitado de sí su anhelo, Aún estaba la comida en su boca,
31Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo morir a los más robustos de ellos, Y derribó a los escogidos de Israel.
32Con todo esto, pecaron aún, Y no dieron crédito a sus maravillas.
33Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y sus años en tribulación.
34Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya,
35Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor.
36Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían;
37Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto.

38Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, Y no despertó todo su enojo.
39Se acordó de que eran carne, Soplo que va y no vuelve.
40¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, Lo enojaron en el yermo!

41Y volvían, y tentaban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel.
42No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de la angustia;
43Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán;
44Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, para que no bebiesen.
45Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían.
46Dio también a la oruga sus frutos, Y sus labores a la langosta.
47Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con escarcha;
48Entregó al pedrisco sus bestias, Y sus ganados a los rayos.
49Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores.
50Dispuso camino a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a la mortandad.
51Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam.
52Hizo salir a su pueblo como ovejas, Y los llevó por el desierto como un rebaño.
53Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el mar cubrió a sus enemigos.
54Los trajo después a las fronteras de su tierra santa, A este monte que ganó su mano derecha.
55Echó las naciones de delante de ellos; Con cuerdas repartió sus tierras en heredad, E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.
56Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios;
57Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso.
58Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla.
59Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel.
60Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres,
61Y entregó a cautiverio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo.
62Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad.
63El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.
64Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación.
65Entonces despertó el Señor como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del vino,
66E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta.
67Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín,
68Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó.
69Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre.
70Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas;
71De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad.
72Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos.

Salmos Capítulo 79

Lamento por la destrucción de Jerusalén

1Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; Han profanado tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros.
2Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos, La carne de tus santos a las bestias de la tierra.
3Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén, Y no hubo quien los enterrase.
4Somos afrentados de nuestros vecinos, Escarnecidos y burlados de los que están en nuestros alrededores.
5¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?
6Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu nombre.
7Porque han consumido a Jacob, Y su morada han asolado.
8No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados; Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, Porque estamos muy abatidos.
9Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.
10Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada.
11Llegue delante de ti el gemido de los presos; Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,
12Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.
13Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas.

Salmos Capítulo 80

Súplica por la restauración

1Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece.
2Despierta tu poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a salvarnos.
3Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
4Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo?
5Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia.
6Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí.
7Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
8Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste.
9Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra.
10Los montes fueron cubiertos de su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios.
11Extendió sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos.
12¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino?
13La destroza el puerco montés, Y la bestia del campo la devora.
14Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña,
15La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste.
16Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro.

17Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.
18Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre.
19¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Salmos Capítulo 81

Bondad de Dios y perversidad de Israel

1Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; Al Dios de Jacob aclamad con júbilo.
2Entonad canción, y tañed el pandero, El arpa deliciosa y el salterio.
3Tocad la trompeta en la nueva luna, En el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.
4Porque estatuto es de Israel, Ordenanza del Dios de Jacob.
5Lo constituyó como testimonio en José Cuando salió por la tierra de Egipto. Oí lenguaje que no entendía;
6Aparté su hombro de debajo de la carga; Sus manos fueron descargadas de los cestos.
7En la calamidad clamaste, y yo te libré; Te respondí en lo secreto del trueno; Te probé junto a las aguas de Meriba. Selah
8Oye, pueblo mío, y te amonestaré. Israel, si me oyeres,
9No habrá en ti dios ajeno, Ni te inclinarás a dios extraño.
10Yo soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenaré.
11Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí.
12Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos.
13¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel!
14En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano contra sus adversarios.
15Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, Y el tiempo de ellos sería para siempre.
16Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría.

Salmos Capítulo 82

Amonestación contra los juicios injustos

1Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga.
2¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, Y aceptaréis las personas de los impíos? Selah
3Defended al débil y al huérfano; Haced justicia al afligido y al menesteroso.
4Librad al afligido y al necesitado; Libradlo de mano de los impíos.
5No saben, no entienden, Andan en tinieblas; Tiemblan todos los cimientos de la tierra.
6Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo;
7Pero como hombres moriréis, Y como cualquiera de los príncipes caeréis.
8Levántate, oh Dios, juzga la tierra; Porque tú heredarás todas las naciones.

desendientes

Salmos Capítulo 83

Plegaria pidiendo la destrucción de los enemigos de Israel

1Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés quieto.
2Porque he aquí que rugen tus enemigos, Y los que te aborrecen alzan cabeza.
3Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, Y han entrado en consejo contra tus protegidos.
4Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, Y no haya más memoria del nombre de Israel.
5Porque se confabulan de corazón a una, Contra ti han hecho alianza
6Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos;
7Gebal, Amón y Amalec, Los filisteos y los habitantes de Tiro.
8También el asirio se ha juntado con ellos; Sirven de brazo a los hijos de Lot. Selah
9Hazles como a Madián, Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;
10Que perecieron en Endor, Fueron hechos como estiércol para la tierra.
11Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb; Como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes,
12Que han dicho: Heredemos para nosotros Las moradas de Dios.
13Dios mío, ponlos como torbellinos, Como hojarascas delante del viento,
14Como fuego que quema el monte, Como llama que abrasa el bosque.
15Persíguelos así con tu tempestad, Y atérralos con tu torbellino.

16Llena sus rostros de vergüenza, Y busquen tu nombre, oh Jehová.
17Sean afrentados y turbados para siempre; Sean deshonrados, y perezcan.
18Y conozcan que tu nombre es Jehová; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra.

Salmos Capítulo 84

Anhelo por la casa de Dios

1¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
2Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
3Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.
4Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah
5Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.
6Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques.
7Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.
8Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob. Selah
9Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
10Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.
11Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.
12Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.

Salmos Capítulo 85

Súplica por la misericordia de Dios sobre Israel

1Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la cautividad de Jacob.
2Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste. Selah
3Reprimiste todo tu enojo; Te apartaste del ardor de tu ira.
4Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.
5¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación?
6¿No volverás a darnos vida, Para que tu pueblo se regocije en ti?
7Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, Y danos tu salvación.
8Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura.
9Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, Para que habite la gloria en nuestra tierra.
10La misericordia y la verdad se encontraron; La justicia y la paz se besaron.
11La verdad brotará de la tierra, Y la justicia mirará desde los cielos.
12Jehová dará también el bien, Y nuestra tierra dará su fruto.
13La justicia irá delante de él, Y sus pasos nos pondrá por camino.

DIOS

Salmos Capítulo 86

Oración pidiendo la continuada misericordia de Dios

1Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, Porque estoy afligido y menesteroso.
2Guarda mi alma, porque soy piadoso; Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.
3Ten misericordia de mí, oh Jehová; Porque a ti clamo todo el día.
4Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.
5Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
6Escucha, oh Jehová, mi oración, Y está atento a la voz de mis ruegos.
7En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes.
8Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras.
9Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre.
10Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios.
11Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
12Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, Y glorificaré tu nombre para siempre.
13Porque tu misericordia es grande para conmigo, Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
14Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de violentos ha buscado mi vida, Y no te pusieron delante de sí.

15Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad,
16Mírame, y ten misericordia de mí; Da tu poder a tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva.
17Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.

Salmos Capítulo 87

El privilegio de morar en Sion

1Su cimiento está en el monte santo.
2Ama Jehová las puertas de Sion Más que todas las moradas de Jacob.
3Cosas gloriosas se han dicho de ti, Ciudad de Dios. Selah
4Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía; Este nació allá.
5Y de Sion se dirá: Este y aquél han nacido en ella, Y el Altísimo mismo la establecerá.
6Jehová contará al inscribir a los pueblos: Este nació allí. Selah
7Y cantores y tañedores en ella dirán: Todas mis fuentes están en ti.

Salmos Capítulo 88

Súplica por la liberación de la muerte

1Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti.
2Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor.
3Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol.
4Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza,
5Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano.
6Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos.
7Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah
8Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir.
9Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos.
10¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah
11¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón?
12¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido?
13Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti.
14¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?
15Yo estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso.
16Sobre mí han pasado tus iras, Y me oprimen tus terrores.
17Me han rodeado como aguas continuamente; A una me han cercado.
18Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas.

sepultura

Salmos Capítulo 89

Pacto de Dios con David

1Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.
2Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad.
3Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo:
4Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones. Selah
5Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová, Tu verdad también en la congregación de los santos.
6Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová? ¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?
7Dios temible en la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.
8Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea.
9Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
10Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte; Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.
11Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
12El norte y el sur, tú los creaste; El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre.
13Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.
14Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
15Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
16En tu nombre se alegrará todo el día, Y en tu justicia será enaltecido.
17Porque tú eres la gloria de su potencia, Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.
18Porque Jehová es nuestro escudo, Y nuestro rey es el Santo de Israel.
19Entonces hablaste en visión a tu santo, Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He exaltado a un escogido de mi pueblo.
20Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción.
21Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá.
22No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;
23Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen.
24Mi verdad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su poder.
25Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los ríos su diestra.
26El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación.
27Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra.
28Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él.
29Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos.
30Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios,
31Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos,
32Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.

diosaparece

33Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.
34No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David.
36Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.
37Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. Selah
38Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido, Y te has airado con él.
39Rompiste el pacto de tu siervo; Has profanado su corona hasta la tierra.
40Aportillaste todos sus vallados; Has destruido sus fortalezas.
41Lo saquean todos los que pasan por el camino; Es oprobio a sus vecinos.
42Has exaltado la diestra de sus enemigos; Has alegrado a todos sus adversarios.
43Embotaste asimismo el filo de su espada, Y no lo levantaste en la batalla.
44Hiciste cesar su gloria, Y echaste su trono por tierra.
45Has acortado los días de su juventud; Le has cubierto de afrenta. Selah
46¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?
47Recuerda cuán breve es mi tiempo; ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?
48¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol? Selah
49Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, Que juraste a David por tu verdad?
50Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.
51Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.
52Bendito sea Jehová para siempre. Amén, y Amén.

Salmos Capítulo 90

La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre

1Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación.
2Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
3Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
4Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.
5Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana.
6En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca.
7Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados.
8Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro.
9Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento.
10Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.
11¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido?
12Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
13Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos.
14De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
15Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal.
16Aparezca en tus siervos tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos.
17Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.

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Salmos Capítulo 91

Morando bajo la sombra del Omnipotente

1El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
3El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.
4Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.
5No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día,
6Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.
7Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.
8Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos.
9Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación,
10No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
11Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
12En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.
13Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
16Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.

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Salmos Capítulo 92

Alabanza por la bondad de Dios

1Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;
2Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fidelidad cada noche,
3En el decacordio y en el salterio, En tono suave con el arpa.
4Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo.
5¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.
6El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto.
7Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente.
8Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.
9Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí, perecerán tus enemigos; Serán esparcidos todos los que hacen maldad.
10Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco.
11Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos; Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.
12El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.
13Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.
14Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes,
15Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.

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Salmos Capítulo 93

La majestad de Jehová

1Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.
2Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente.
3Alzaron los ríos, oh Jehová, Los ríos alzaron su sonido; Alzaron los ríos sus ondas.
4Jehová en las alturas es más poderoso Que el estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas del mar.
5Tus testimonios son muy firmes; La santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre.

Salmos Capítulo 94

Oración clamando por venganza

1Jehová, Dios de las venganzas, Dios de las venganzas, muéstrate.
2Engrandécete, oh Juez de la tierra; Da el pago a los soberbios.
3¿Hasta cuándo los impíos, Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?
4¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?
5A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y a tu heredad afligen.
6A la viuda y al extranjero matan, Y a los huérfanos quitan la vida.
7Y dijeron: No verá JAH, Ni entenderá el Dios de Jacob.
8Entended, necios del pueblo; Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios?
9El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?
10El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?
11Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.
12Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges, Y en tu ley lo instruyes,
13Para hacerle descansar en los días de aflicción, En tanto que para el impío se cava el hoyo.
14Porque no abandonará Jehová a su pueblo, Ni desamparará su heredad,
15Sino que el juicio será vuelto a la justicia, Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.
16¿Quién se levantará por mí contra los malignos? ¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?
17Si no me ayudara Jehová, Pronto moraría mi alma en el silencio.
18Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.
19En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma.

20¿Se juntará contigo el trono de iniquidades Que hace agravio bajo forma de ley?
21Se juntan contra la vida del justo, Y condenan la sangre inocente.
22Mas Jehová me ha sido por refugio, Y mi Dios por roca de mi confianza.
23Y él hará volver sobre ellos su iniquidad, Y los destruirá en su propia maldad; Los destruirá Jehová nuestro Dios.

Salmos Capítulo 95

Cántico de alabanza y de adoración

1Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
2Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos.
3Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses.
4Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas.
5Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca.
6Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
7Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz,
8No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto,
9Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras.
10Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos.
11Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.

Salmos Capítulo 96

Cántico de alabanza

1Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra.
2Cantad a Jehová, bendecid su nombre; Anunciad de día en día su salvación.
3Proclamad entre las naciones su gloria, En todos los pueblos sus maravillas.
4Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Temible sobre todos los dioses.
5Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Pero Jehová hizo los cielos.
6Alabanza y magnificencia delante de él; Poder y gloria en su santuario.
7Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová la gloria y el poder.
8Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.
9Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; Temed delante de él, toda la tierra.
10Decid entre las naciones: Jehová reina. También afirmó el mundo, no será conmovido; Juzgará a los pueblos en justicia.
11Alégrense los cielos, y gócese la tierra; Brame el mar y su plenitud.
12Regocíjese el campo, y todo lo que en él está; Entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento,
13Delante de Jehová que vino; Porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con su verdad.

Salmos Capítulo 97

El dominio y el poder de Jehová

1Jehová reina; regocíjese la tierra, Alégrense las muchas costas.
2Nubes y oscuridad alrededor de él; Justicia y juicio son el cimiento de su trono.
3Fuego irá delante de él, Y abrasará a sus enemigos alrededor.
4Sus relámpagos alumbraron el mundo; La tierra vio y se estremeció.
5Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, Delante del Señor de toda la tierra.
6Los cielos anunciaron su justicia, Y todos los pueblos vieron su gloria.
7Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, Los que se glorían en los ídolos. Póstrense a él todos los dioses.
8Oyó Sion, y se alegró; Y la hijas de Judá, Oh Jehová, se gozaron por tus juicios.
9Porque tú, Jehová, eres excelso sobre toda la tierra; Eres muy exaltado sobre todos los dioses.
10Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; El guarda las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra.
11Luz está sembrada para el justo, Y alegría para los rectos de corazón.
12Alegraos, justos, en Jehová, Y alabad la memoria de su santidad.

Salmos Capítulo 98

Alabanza por la justicia de Dios

1Cantad a Jehová cántico nuevo, Porque ha hecho maravillas; Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2Jehová ha hecho notoria su salvación; A vista de las naciones ha descubierto su justicia.
3Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel; Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
4Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; Levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
5Cantad salmos a Jehová con arpa; Con arpa y voz de cántico.
6Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, Delante del rey Jehová.
7Brame el mar y su plenitud, El mundo y los que en él habitan;
8Los ríos batan las manos, Los montes todos hagan regocijo
9Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.

Salmos Capítulo 99

Fidelidad de Jehová para con Israel

1Jehová reina; temblarán los pueblos. El está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra.
2Jehová en Sion es grande, Y exaltado sobre todos los pueblos.
3Alaben tu nombre grande y temible; El es santo.
4Y la gloria del rey ama el juicio; Tú confirmas la rectitud; Tú has hecho en Jacob juicio y justicia.
5Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante el estrado de sus pies; El es santo.
6Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, Y Samuel entre los que invocaron su nombre; Invocaban a Jehová, y él les respondía.
7En columna de nube hablaba con ellos; Guardaban sus testimonios, y el estatuto que les había dado.
8Jehová Dios nuestro, tú les respondías; Les fuiste un Dios perdonador, Y retribuidor de sus obras.
9Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante su santo monte, Porque Jehová nuestro Dios es santo.

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Salmos Capítulo 100

Exhortación a la gratitud

1Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
2Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo.
3Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
4Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.
5Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.